Anita (Maia Francia) es una chica de la alta sociedad, criada en abundancia, con una vida material resuelta. Su submundo la hace vivir entre cuadros caros, y música clásica en un lujoso departamento. Su mente perversa, manipulando, engañando, pervirtiendo el orden de lo establecido. Pero ella no está sola, comparte unos “planes” con dos de sus amigos (María Viau y Sebastián Politino). Y la víctima será su novio (Pablo Sórensen)
“Anita o la tragedia de las partes” es una historia de amor que termina mal, o bien, según quien saque la conclusión final.
El rompecabezas de su mente se plasma en una dramaturgia inteligente de Luis Longhi, quien también dirige. Las piezas de la cabeza de esta muchacha, desordenada, configuran una historia de idas y venires, con vueltas constantes. Interesante y novedosa.
Maia Francia encarna una Anita exquisita. Con ella juega, disfruta, sufre, ríe, monologuea y hasta dirige un cuarteto de cuerdas (muy buen acompañamiento de los intérpretes a lo largo de la obra). La actriz vuelve a mostrar su ductilidad e histrionismo para un personaje difícil de encarnar, en el que se la ve con muy buen trabajo. La acompañan también en roles bien definidos sus tres compañeros de escena. Juntos, más una cuidadísima puesta, logran que este thriller psicológico se torne un buen rato de teatro.
Así, sin advertirlo, quedaremos como espectadores encerrados en las mismas dudas y paradojas que Anita tiene. Empatizaremos, o no, con ella, pero lo cierto es que no nos dejará, para nada, indiferente.
Ficha técnica:
Actores: Maia Francia, María Viau, Sebastián Politino y Pablo Sórensen.
Dramaturgia: Luis Longhi.
Dirección: Luis Longhi.
Músicos: Nicolás Muñoz, Esteban Fioroni, Valter Izzo y Luz Melo.
Dirección musical y música original: Juan Ignacio López.
