El espacio, que se vio obligado a bajar sus persianas luego de 22 años de actividad, no pudo afrontar la crisis económica generada por la pandemia.
Con emotivas palabras en las redes sociales de la sala, quienes llevaban adelante el teatro, contaron que hicieron lo difícil que les resultaba seguir abiertos después de tantos meses sin actividad.
«Hemos intentado todo lo que estaba a nuestro alcance para no tener que ver ese cartel en la persiana del Teatro, que está baja desde el 14 de marzo de este año. La persiana bajó como baja un telón… pero en éste caso no hay aplausos. Los tiempos que maneja el Estado y la ayuda económica otorgada en parte, y prometida para un presente «inmediato», no lograron detener lo que parecía que nunca iba a suceder», publicaron desde «El Refugio», ubicada en la calle Maipú 540, del barrio de Banfield.
«Toda la incertidumbre que genera esta pandemia hace que entendamos la postura del dueño de la propiedad y no tenemos nada que reclamarle, es más, siempre colaboró con nosotros, aunque sea, en la forma que le pagábamos… Pero el arte, el teatro y la cultura no entienden de pandemias», destacaron.
La desaparición de la sala, además del espacio teatral, implica un cierre de «oportunidades para docentes y artistas», en un lugar que supo ser «refugio de tribus».
Con la esperanza de volver en breve, el comunicado agrega: «Empezaremos a buscar una nueva casa para que todo lo que hicimos hasta ahora no sea en vano. Seremos diferentes, pero parecidos… pero ante todo, Seguiremos siendo Teatro, y lugar de encuentro. Porque amamos lo que hacemos y este amor no entiende de pandemias. Hoy, más que nunca… El Refugio estará presente».
