Dolly (Mónica Cabrera) es una artista de variedades, una diva en decadencia que ha escapado del Manicomio del Diablo, lugar donde el Dr. Mnemo (Roberto Monzo) la internó para someterla a un tratamiento torturante.
Pero una vez fuera, Dolly descubre que no tiene su cabeza, que el instituto se la quedó como forma de pago de su deuda allí dentro. La obra social no le cubre nada de su tratamiento, sus amigos la han traicionado por unas monedas, y sus vecinos tienen horribles opiniones sobre ella y su vida. Escapando de su perseguidor, buscando recuperar su cabeza y un poco de ese pasado perdido como figura pública, se presenta en un programa de televisión donde, supuestamente, le harán un homenaje, pero todo es otra trampa para humillarla.
Con una puesta interesante que combina lo audiovisual con un gran despliegue escénico, el mundo de Dolly Guzmán se nos presenta desopilante y surrealista, con momentos en que su historia se torna delirante y por demás divertida.
El juego al que el espectador se enfrenta tiene como protagonista a esta mujer totalmente desequilibrada, única presencia en escena, pero que interactua, a través de una pantalla de video, con distintos personajes que se cruzarán en su loca escapatoria.
La multifacética Mónica Cabrera vuelve a destacarse es sus múltiples roles, porque como actriz, canta y baila, pero también es su propia directora y la creadora del guión de la obra. Talento puro.
Ficha técnica:
Dirección: Mónica Cabrera
Dramaturgia: Mónica Cabrera
Actores: Mónica Cabrera, Marina Belatti, Gloria Cingolani, Roberto Monzo y Pablo Palavecino.