- ¿De qué trata el argumento de "Hedda"?

Nuestra versión cuenta cómo, este entramado cuasi policial, una especie de thriller del teatro clásico, se encuentra atravesado por impulsos sexuales reprimidos y oprimidos que llevan a un fatídico final. Una historia con la complejidad argumental de un clásico, movilizada por personajes que intentan reencontrarse con su deseo en un sistema patriarcal.
- ¿Cómo es tu personaje en la historia?
- Mi personaje es Lovborg, un escritor genial y desbordado, alcohólico en recuperación, que acaba de terminar su obra cumbre con la que tiene pensado recuperar su prestigio y reabrir su camino al estrellato intelectual. Llega a al casa con la excusa de presentarle al esposo de Hedda su nuevo material, pero el encuentro con ella desatará viejos demonios que creía tener domesticados. Los impulsos se estallan, y las consecuencias de soltar algunas amarras lo llevará a perderlo todo. Que pasa cuando no se es felíz reprimiendo impulsos y deseos, aunque éstos sean autodestructivos?
- El equipo de trabajo y meterse con un material casi mítico. El compromiso y la sensibilidad de mis compañeras actrices, la lucidez y el concepto de teatralidad de Nayla Pose su directora, y el clima de trabajo que todo el equipo técnico construyó en cada ensayo y sigue sosteniendo en cada función. Todos detrás de un objetivo: pelearle a una obra que se presenta como un coloso tan complejo como también conocido y reconocido, y en equipo intentar decir algo propio con él. Buen clima de trabajo, intenciones de llegar a fondo, ideas de teatro compartidas. Todo eso. Y un personaje con un arco de transformación dentro de la obra que a cualquier actor un poquito ambicioso se le cae la baba.
- ¿Cómo fueron tus comienzos en la actuación? ¿Cuáles fueron tus maestros?
- El primer chispazo, ese flash que te encadila, que te aclara y confunde a la vez, fue la típica de obra en la secundaria. Una obra por los 500 años del descubrimiento de América. El camarín, el aplauso pero por sobre todo el propio juego de actuar me descoloca de gusto. A partir de ahí, talleres en Río Negro y rápido viaje a Buenos Aires a los 17. Acá Serrano, Chavez y Bartís, tres clubes distintos que me enseñaron lo poco o mucho que sé, y que complementado con un recorrido por obras independientes, más un camino inesperado pero sumamente gratificante por la docencia actoral, me armaron una ensalada muy diversa- Pero todos los ingredientes con un punto en común claro: amor por el trabajo. Una vez que se te despierta, no te imaginas haciendo otra cosa. Dónde sea y como sea.
- ¿Qué tal vez la actualidad de la escena off en la Ciudad de Buenos Aires?
- Sobreviviendo. Como siempre. Creo que es su esencia y no está del todo mal. Antes hacíamos fiestas, rifas y movidas de todo tipo para producir lo que queríamos hacer. Pensar obras con lo que encontrabas a mano, y desarrollar la astucia para contar algo que sí te interesa contar con lo que haya disponible. Eso genera vínculos irreemplazables y estimula enormemente la imaginación, que también son la esencia del teatro alternativo. Con el tiempo fueron apareciendo los subsidios que reacomodaron bastante la cosa. Pero hoy parece que el Estado nos mira de reojo, como queriendo correr de a poquito a algunos, y seducir para fagocitar a algunos otros. Hay que pelear por no perder derechos conseguidos, porque el fenómeno teatral de esta ciudad se lo merece. Pero por suerte creo que el teatro en nuestra ciudad no depende de eso. Confío en que la adversidad va a ser siempre un estímulo para trabajar más y mejor.
Ficha técnica:
Actores: María Abadi, Pablo Chao, Melina Petriella y Nayla Pose.
Dirección: Nayla Pose.
Dramaturgia: Melina Petriella y Nayla Pose.