Hay un padre (Ricardo Félix) que llega desde su pueblo a la casa de su hijo (Martín Shanly) en la gran ciudad. El motivo del encuentro será una despedida. El abandono de este último de la juventud, y su deseo de irse a probar suerte en otro país, lejos. Allí, en esa relación tensa, también la memoria y los recuerdos insistirán con quedarse.
Pero en esa convivencia forzada, no estarán solos. En ese departamento también hay una mujer, “la mujer de la heladera” (Valeria Roldán), que es parte de la casa, como el amoblado, pero por momentos con la palabra justa, presente y conteniendo también.
A través de una original puesta en escena a cargo del propio director Lisandro Rodríguez, quien acompaña la historia con música en vivo, las ventanas de esa casa son las que nos permiten ver el interior, del departamento y de los personajes. Como un vouyerista el espectador observará estas vidas y relaciones, crudas, desnudas.
Una pieza teatral potente sobre los lazos familiares, con interpretaciones precisas y diálogos fuertes. Momentos en que la incomodidad oprime, y en esa intimidad, el pudor aparece.
El texto de Santiago Loza vuelve a abordar la relación filial (también lo hace en la obra en cartel “He nacido para verte sonreír”, que cuenta una historia de madre – hijo), con una poética teatral profunda, dramática, donde además de la palabra, los cuerpos se ponen en función de lo que se quiere contar.
Ficha técnica:
Actores: Ricardo Félix, Martín Shanly, Valeria Roldán.
Guión: Santiago Loza
Música en vivo: Lisandro Rodríguez
Dirección: Lisandro Rodríguez